viernes, 18 de julio de 2008

38° 54' N/ 77° 3' O



Un lugar exacto. Donde residen ahora nuestros cuerpos y nuestros corazones. En esta pequeña calle de Georgetown, hace unos meses tan ajena y ahora tan cercana. Y es cierto. Sigue cambiando todo. Sin saber por cuanto tiempo y sin garantías de que será a mejor. Pero sigue cambiando…
Y me cuelo en este espacio de Juan para intentar sentir que lo que tantas veces añoramos sigue ahí, intacto: vuestros colores, vuestras formas, vuestros ojos, vuestras manos… imaginar por un momento que no hay distancias y que aún hay mil maneras inagotadas de seguir compartiendo.
SARA

jueves, 10 de julio de 2008

The Dark Side

Mi legión de fans me pide que escriba.

Insisten. Los siete que me leen, todos a la vez, gritan al unísono ¨Juan queremos un post tuyo¨.

Es normal, llevo tiempo sin postear nada y con ganas de compartir con todos vosotros sensaciones, pero estaba tan inmerso en ellas que no he sido capaz de plasmarlas todavía. Primero, hay que encontrar las palabras y poner todo esto en contexto. Y que, al leerlo, lo relativicéis un poquito (pero sólo un poquito).

Hace meses tuve un sueño. O una pesadilla. Sombras negras se deslizaban a toda velocidad, y yo me movía con ellas. Rápidas, amenazadoras y desafiantes, cortaban el viento sin esfuerzo. Como un Nazgul, a cada movimiento sembraban el terror a su paso. Si, efectivamente, el Lado Oscuro me llamaba.

Muchos de vosotros no váis a entender nada de esto, pero es que hasta hace un par de semanas, mi aterrizaje en Washington estaba incompleto. Al menos, hablando de la parte material de las cosas, de esos deseos que uno tiene, de las costumbres y formas de vida a las que uno se ha acostumbrado.

Me faltaba esto.


En la tercera iteración, he conseguido alcanzar la cima de los moteros, y me he comprado una Harley Davidson. Dándole una vuelta de tuerca al modelo en cuestión, me he comprado la que los ¨viejos jarlistas¨odian más profundamente, no en vano su motor se llama Revolution. Pero no lo he hecho por eso, evidentemente. Es un rasgo adicional que le da un toque de gracia. Te odian los enlatados y te odian los moteros de tu marca. Y sin embargo, todas las R se te acercan y se deshacen en alabanzas.

Mola.

He cambiado un poco el estilo de moto que me gusta, por algo un poquito más agresivo. Sin dejar de ser una cruiser, es el modelo de Harley con más potencia de motor (más sobre este tema en breve) pero a mí, personalmente, lo que me ha enamorado es la estética. Es que es brutal, no hay foto que le haga justicia, en vivo llama muchísimo la atención. Me gusta el color totalmente negro, fuera cromados, la línea agresiva tipo dragster y sobre todo me ha enamorado ese pedazo de trasero, un 240 mm. que a veces me da la sensación de que sería capaz de sostener la burra sin la pata de cabra.

De repente toda una ciudad me mira cada vez que paso, como digo no hay muchas de estas por aquí. El auténtico show es echar gasolina, todo el mundo pregunta en la gasolinera. No es un vehículo para tímidos.

Y por qué hay pocas, os estaréis preguntando. Bueno, va en contra de la tradición americana de motos con motores bicilíndricos en V a 45º, refrigerados por aire. La Harley de toda la vida, con su característico sonido y cadencia (pot-pot-pot), nada en contra, algún día tendré una de esas, también, por qué no. Esto, es otra cosa. Revolution, el primer motor que Harley sacó refrigerado por agua. 1250 cc. y 125 CV de potencia. Línea roja a 9000 rpm. El cuarto de milla en menos de 12 segundos. Sí, si, vale, ya lo sé, antes de que nadie diga nada: cualquier R de 600 o superior se pasa por la piedra a este bicho de 300 kilos. Pero ninguna me parece ni la mitad de bonita, ni me permite tener las patas estiradas en plan chuleta como a mí me gusta. Y si me apetece retorcerle la oreja puedo, dejando atrás a cualquier trasto con cuatro ruedas.

Especificaciones aparte, conducir este bicho es algo especial. Los primeros 10 minutos odié profundamente la postura de conducción, no me hacía a ella. Ahora me resulta natural, y muy cómoda. No para viajes largos, no es la intención con esta moto, bastante individualista y con poco asiento trasero, pero mi mujer no monta por motivos obvios (7 meses de embarazo + moto, mala combinación), y de momento no acepto pasajeros, la quiero solo para mi, como digo es puro Lado Oscuro. La Night Rod Special se conduce muy fácil, es muy bajita y tiene el centro de gravedad muy cerca del suelo. Esto ayuda a manejarla. Es perezosa al entrar en curvas y hay que meterla con decisión - ese 240....- pero sin pasarse porque igual que le cuesta inclinar le cuesta enderezar. Más que a otras motos, me refiero, pero te acostumbras rápido, y además con tanta goma la tracción es brutal. En curvas amplias es una pasada, todavía no he podido inclinar con ganas (pocas curvas, tráfico, y la moto con ciento y pico millas, todavía muy verde el rodaje). Según me dicen lo primero que rasca es la estribera con unas chispas preciosas....

Y ese motor.........¿Cómo describirlo?. Quizás un ejemplo, inspirado en hechos reales.......

Escena: semáforo en rojo en DC.

Espero al verde tranquilamente, pues tengo una sucesión de semáforos que se van abriendo poco a poco (un verdadero coñazo, pero eh, estoy ahí sentado encima de esta negra belleza). Se acerca un Corvette descapotable con el típico niño de papá, este estudia en Georgetown fijo. Lleva a dos chatis detrás, bastante horterillas. El chavalito (veintipocos) me mira desafiante, sonriendo, y mete un par de acelerones a su lata en ¨Neutral¨. Paso, chaval, que tengo 58 millas y estoy en rodaje y el doctor Harley me ha dicho que no la suba de 5000 rpm. Verde. Corvette sale disparado, hasta al siguiente semáforo, al cual llego unos segundos después, no he participado en esto que es aquí como un deporte nacional (no da tiempo a coger mucha velocidad porque hay otro semáforo cerca, es simplemente una salida a saco a ver quién tiene más músculo).

Coño, en ese instante me acuerdo de mi amigo Vulcanero y de Pigo, y pienso, si me viesen estos dos pensarían que me he amariconado en este país, esto no puede quedar así. Pues no hemos pegado pasadas a taxistas cabrones en Madrid con nuestros hierros, muchas veces por pura supervivencia. Rojo. Niñato pega otros dos aceleroncitos, y se encoge de hombros, las chavalitas que lleva en el coche se ríen.

Verde.

Los nudillos de mi mano derecha apuntan al cielo, y siento un lapso en el espacio-tiempo. He saltado al hiperespacio, y al llegar al siguiente semáforo veo que lo he alcanzado en ámbar, paso (legal, bueno vale un poquito rápido), el Corvette no llega y pega frenazo porque se le pone rojo y hay cámara, si te lo saltas multazo al canto con fotito de la matrícula incluida. Le he sacado un buen trecho, y ni he cambiado de marcha, todito en primera. Se me sale la sonrisa del casco.

Nunca subestimes el poder del Lado Oscuro.

Os dejo una fotito aparcada en la puerta de casa. El vecino nada más verla dijo ¨nice bike¨y así, todo el día.