martes, 20 de enero de 2009

Obama Nation

Hoy he tenido la suerte de participar en un evento histórico. Creo que nunca he tenido la oportunidad de afirmar, con rotundidad, que estuve ahí, en ese momento que define la historia, que marca un antes y un después. Pase lo que pase de aquí en adelante, la investidura de Barack Obama como presidente de EEUU es un hecho sin precedentes, marcado por un significado muy especial para millones de personas en todo el mundo. He ido con mi mujer y con mi hijo de cuatro meses, ciudadano americano por haber nacido en este gran país, y aunque él se ha dormido como un santo todo el evento a varios grados bajo cero, sus padres le enseñarán las fotos y le contarás que él, también, was part of The Change.

En esta foto se puede apreciar el aspecto que tenía el National Mall hoy, repleto de gente.




El ambiente ha sido alucinante. Durante mucho tiempo, desde que ganó las elecciones, media América estaba esperando este día. Durante meses he sido testigo de momentos de emoción contenida, especialmente entre los ciudadanos de raza negra. Para ellos este momento tiene un significado que sólo puedo imaginarme, es un momento definitivo en la lucha por la igualdad racial, no hay que olvidar que hace unas pocas décadas existía la segregación en la vida pública en varios estados de la Unión. Habrá mucho que hacer todavía, pero esto marca un antes y un después, pues si no me equivoco no existe ninguna nación en la Tierra que elija libremente como líder a un representante de una minoría étnica, y mucho menos con la larga sombra de un pasado oscuro, Guerra Civil incluída. El triunfo de Barack Obama es un ejemplo de democracia con mayúsculas.

El presidente Obama me ha inspirado, lo reconozco. Su discurso, la forma en la que ha conectado con tanta gente hoy. Es difícil estar rodeado de una muchedumbre de cientos de miles de personas entusiasmadas y no contagiarse del sentimiento optimista, alegre, esperanzado, de toda una nación. Es la primera vez en mi vida que aplaudo a un político. Me encanta la política, pero soy muy crítico con el poder, lo he sido con este líder y lo seguiré siendo, porque aunque me haya podido dejar llevar por el optimismo mi sentido crítico me obliga a identificar los huecos incompletos, los puntos oscuros que tiene cualquier ser humano que ostente el poder. Pero hoy no es momento de sacar a la luz los retos y problemas a los que se enfrenta esta Administración, que son muchos y muy graves.

Es momento de apreciar el optimismo, la capacidad de ilusión de un país, las ganas enormes que tienen los americanos de darle la vuelta a esta situación en la que se encuentran, con dos guerras y una crisis económica que va a definir a toda una generación. Este sentimiento de superación es la verdadera fortaleza de este país, lo que les ha llevado a ser una superpotencia, y lo que les hace estar convencidos de que seguirán siéndolo en el futuro. Me gusta vivir esa sensación, por qué no, de sentirse especial, de creer en algo mejor y más grande que uno mismo. Le da sentido a muchas cosas, hace que la sociedad sea más completa en su conjunto, y es justo valorar el sentido del liderazgo que tiene esta sociedad, y cómo Obama ha sido capaz de sostener tantas ilusiones y mover a las masas en un camino nuevo, lleno de dificultades, pero con un mensaje amable, optimista, lleno de convicción. Y me da mucha lástima no ver cosas así en mi país de origen, y no sólo eso, sino tener la sensación de que nunca las veré. Pero eso sería otro tema.

Este presidente pasará a la historia, y yo espero que cuando se mire hacia atrás, el color de su piel sea una anécdota más. Yo deseo que tenga éxito y lleve a este país y por extensión al mundo civilizado y libre a una nueva forma de hacer política, no seré yo el ingenuo que dirá aquí que empieza una nueva Era, pero sí empieza, al menos, un nuevo estilo.

No será este post el último que escriba sobre el Presidente de EEUU o la situación política aquí. Algunos de los que me leen tienen interés en la política americana, y sé que les debo algún comentario de vez en cuando de la visión desde dentro. Desde esta tribuna jugaré a ser comentarista político y espero hacer un positivo balance de los 100 primeros días de su gestión, porque la verdadera carrera, en la que todos nos jugamos un montón, empieza dentro de unas horas.

martes, 6 de enero de 2009

Two Thousand and Nine

Seagull


Dos mil nueve razones para olvidar la distancia, y retornar al hogar actual. Dos mil nueve, también, para nunca olvidar estos días, estas vidas, estos reencuentros en familia superlativa. 

Es tiempo de volver a casa. Todo está en silencio, en esta fría noche hispana de recuerdos. Mi tierra, mis orígenes, mi sangre, descansan.

Yo no.

Yo sueño con volar, cruzar océanos, crecer en un nuevo continente, y explorar. Explorar esa vida nueva que se abre ante mí, lejos pero extrañamente cerca. 

Son reflexiones de año viejo que da paso a año nuevo. Unos días han pasado ya, pero es ahora, cuando la fractura espacio temporal es inminente, cuando reflexiono. 

¿Qué hago en el Nuevo Continente?.

Fui por Amor. El mejor motivo para cruzar océanos o explorar lo desconocido. Dejando mucho atrás, pero no todo, y esperando mucho también al otro lado. Dentro de poco habrá pasado un año de mi particular récord mundial de salto de longitud, que me hizo aterrizar en la capital del imperio. Un año fantástico, loco, lleno de experiencias vitalizadoras, abriendo una nueva vida que dota de total sentido a la mía, pero sobre todo, un año de exploración, externa e interna. 

Uno de los mejores años de mi vida.

No se puede pedir más. 

¿O sí?.

Sí se puede (Yes We Can, tenía que usar la frasecita, ¿no?).

No sólo se puede, sino que tengo la firme convicción de que se debe. A la vida hay que robarle todo lo que esté dispuesta a darnos, siempre que uno se mantenga fiel a sus principios, sean cuales sean. Durante mucho tiempo ese ha sido mi espíritu guía.

Sufre, lucha, triunfa, fracasa. 

Disfruta, comparte.

Y tantos otros verbos que nos definen desde nuestro primer café hasta que doblamos la esquinita de la novela y apagamos la luz de la mesilla. Cada día es magnífico, y no nos damos cuenta. A veces, es necesario parar un instante, viajar a la velocidad de la luz para que todo lo demás se detenga, en pura Relatividad Especial.

Algo así han sido estas vacaciones en España. Una carrera espacial, en el sentido de intentar ocupar dos sitios al mismo tiempo, para compartir unos minutos con seres queridos. 

A todas luces insuficientes, pero al mismo tiempo plenos. Una agenda loca, enemiga del sosiego y cómplice del estrés. Viajando a la Velocidad de la Luz, todo parece detenerse, y todo lo que te rodea se hace viejo y pequeño. Al final, se deja de viajar a esta velocidad, y aquí estoy, escribiendo, pensando, reflexionando.

Me voy a casa, I´m going home. Y es muy raro que mi casa esté ahora allí.

¿O es que mi casa soy realmente yo, y no esas cuatro paredes que me resguardan de las inclemencias?. 

Debe ser eso.

Siempre que me voy, siento lo mismo. Vacío y plenitud se mezclan y luchan entre sí, y nadie gana. Sólo soy yo, tomando un avión para irme lejos, pero manteniéndome cerca al mismo tiempo. Nostalgia de no haber visto a todo el mundo que quería, nunca es posible. Alegría también por volver a mi rutina, la que da un sentido ordenado a mi vida, la que, también, me hace feliz o al menos lo intenta con fiereza.

Sí, como he dicho, debe haber por lo menos dos mil nueve razones.

Adiós España, no sé cuándo volveré, pero sí sé que nunca me he ido.  

domingo, 4 de enero de 2009

The Next Generation

Llevo unos días queriendo escribir desde el país que me vió nacer, pero ha sido imposible. Quería hacer un repaso al 2008, un año en el que se han agolpado todos los cambios de golpe, tanto en lo personal como en lo mundial. Porque hay que ver la que está cayendo (mucho más gorda aquí, me tiene asustao).

El 2008 podría ser el año de la emigración, el año de los Juegos de Oriente, el año de la Crisis. Podría ser muchas cosas.

Pero por mucho que lo intento, para mí el año dos mil ocho es, simplemente, el año de Pablito.



HDNextGeneration