En breve estaré volando sobre el océano, cubriendo una distancia enorme en tan solo unas pocas horas. Sin tiempo todavía para frenar, todo se mueve al ritmo de estos tiempos para mí. En breve pisaré la tierra que me vió nacer, y haré lo que millones de españoles hacen en estas fechas. Siempre es raro volver "a casa", cuando uno ya no tiene ni idea de qué significa ese término. Ya pienso, sueño, y digo palabrotas en inglés. La inmersión para mí es bastante profunda, aunque no total. Pero sólo echar hoy un vistazo a las noticias de España para no parecer un gringo paleto cuando aterrice me hace pensar que un año más esto de estar lejos hace inevitable un cierto choque cultural, acentuado por un modo de vida ligeramente distinto, pero sobre todo por la distancia y el desapego del día a día hispano.
Bienvenido sea este vuelo oceánico, pues tengo ganas de pisar de nuevo la Piel de Toro y disfrutar de las cosas de siempre, de lo conocido y ajeno, al mismo tiempo.
El próximo post, desde Madrid.
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