lunes, 27 de octubre de 2008

Rise of the Machines

Hay máquinas que dan miedo, otras producen placer, y algunas son, simplemente, bellas.


El fin de semana pasado he sufrido una desgracia informática. Si, por primera vez en más de 10 años se me ha estropeado un ordenador, se me ha muerto del todo, sin posibilidad de recuperación. La placa base ha dicho basta, y es imposible conectar discos, memoria, etc. sin que el sistema se vuelva inestable. Tras el cabreo y desazón iniciales (estoy enganchado a las máquinas, y son mi herramienta de trabajo), he pensado que no hay mal que por bien no venga, y estuve una noche consultando con la almohada sobre qué hacer. La consulta fue bastante bien porque he hecho la incursión más rápida de la historia en un Apple Store y me he vuelto con todo un señor Mac Pro a casa, casi me deslomo llevando la caja por todo el Pentagon Mall hasta el coche.

Por necesidades profesionales (desarrollo de aplicaciones informáticas) y personales (básicamente, mi creciente afición a la fotografía, con un archivo de más de 12.000 instantáneas actualmente), necesitaba una máquina potente. Muy potente.

Que necesito un maquinón, vamos. La idea era renovarme a principios del año que viene, porque se supone que este modelo lo renovarán en breve, pero este contratiempo ha precipitado la decisión que ya tenía tomada, y es pasarme a hardware Apple y a sus sistema operativo como principal sistema, también.

A pesar de lo chulos que son los portátiles nuevos, no he caído en esa tentación, porque necesito mucha más potencia y un sistema que me permita actualizarme y expandirme en el futuro. Y estoy harto de clónicos baratos o marcas supuestamente reconocidas que van a lo cutre y barato, quería una máquina profesional de primer nivel. Después de comparar con la competencia, no hay rival. Las workstation HP, Dell, etc. son carísimas, más todavía que este bicho. Y generalmente vienen con Windows Vista (puffff)......

Como ya adelanté en su día, me fascinó el MacBook Air desde el principio. Todo el mundo habla de la superioridad tecnológica de Apple, y de haber encontrado el ¨sweet spot¨entre rendimiento, usabilidad, diseño y (sobre)precio. El caso es que se venden como churros aquí, en plena crisis mundial esta empresa está creciendo el 30% en el último año, y el 18% de las unidades vendidas son de esta marca. Sobre todo en portátiles, ya son el tercer fabricante.

Como ahora yo soy mi propia empresa, he decidido invertir un poquito. 8 núcleos de procesamiento a 2,8 Ghz, y una máquina ampliable a 32 GB de RAM y hasta 4 TB de espacio en disco. No está mal. Ahí os dejo una fotito de las tripas (super cutre, pero es lo que hay), no se diseñan muchas máquinas así (el servidor HP que se nos ha muerto en un cliente hace poco y que tuvimos que abrir, una chapuza por dentro).


Como cerebro, el mejor sistema operativo del momento, de lejos. Después de varios meses desarrollando aplicaciones sobre Windows Vista, he de decir que todo lo malo que se dice de este sistema ya no es del todo cierto. Funciona ¨más o menos¨. Pero claro, te pones a los mandos de un Mac OS X, y es como conducir un Porsche y compararlo con un Seat, pero con uno antiguo que rasca las marchas y que se le ha estropeado la calefacción. Los dos te llevan del punto A al punto B, pero uno lo hace mucho más rápido y seguro, y cuando te bajas tienes una sonrisa de oreja a oreja. Con esto, igual. Windows Vista es un desastre pero la mayoría de la gente no lo sabe, porque se han acostumbrado a estas chapuzas. Es algo que me saca de quicio.

En tiempos de crisis los que nos dedicamos a la tecnología debemos aumentar nuestra productividad, para doblegar cualquier tentación de recortes presupuestarios en los proyectos (o peor aún, que nos pongan de patitas en la calle). Una de las formas de hacerlo es, simplemente, tener más potencia en las máquinas. Parece mentira pero es así, si estás programando y cada vez que compilas y ejecutas tu programa tarda 30 segundos en hacerlo, al cabo del día pierdes muchos minutos simplemente mirando el relojito de espera (bueno, algunos chatean o echan una mirada furtiva al mail). Si cortamos ese tiempo a la mitad, se aumenta en productividad en porcentajes nada desdeñables. Y luego está el tiempo que uno se ahorra en el resto de tareas. Ya no voy a tener que desesperarme procesando fotos en una máquina virtual Windows ejecutándose en un Ubuntu, en una máquina con casi cuatro años de antigüedad. Así espero hacer más cosas en menos tiempo, o al menos las mismas cosas, ahora que la paternidad me roba tiempo como es inevitable (y tan a gusto, oiga).

Las máquinas Apple con caras, y esta es la más cara. Es una workstation profesional con vocación de máquina para procesar vídeo de alta definición, de hecho es muy utilizada en estudios profesionales como estación de trabajo multimedia. El truco consiste en comprar el modelo básico a Apple y ampliar componentes (memoria RAM, discos, tarjeta gráfica, etc.) en otros sitios web, porque Apple te pega una clavada en las ampliaciones que te deja tieso. Así, dentro de unas semanitas cuando me haya hecho al sistema y lo tenga configurado con todo lo que necesito, ampliaré los (escasos) 2 GB que trae de serie. Estoy pensando en ponerle 16 GB, con esto debería bastar para romper cualquier récord que haya podido establecer una máquina mía, y hacer todo lo que tengo pensado. Ah, y siempre puedo instalar otros sistemas operativos en discos duros adicionales, desde hace tiempo Apple permite esta posibilidad, lo que añade valor a su hardware, pero vamos, ninguna gana de dejar MacOS X, si acaso alguna incursión en Linux que es un sistema primo hermano y funciona muy parecido en muchos aspectos.

Así que con esta adquisición, doy por finalizada mi aventura con Windows y esa necesidad de tener siempre una máquina de uso personal con este sistema operativo. Hasta que no mejoren rendimiento y usabilidad (= productividad) y seguridad, yo no me vuelvo a subir al carro. Lo seguiré usando en el portátil del trabajo por exigencias del guión, pero nada más. No me fío de tener mis documentos y datos personales en esa plataforma.

El fenómeno ¨switcher" está en pleno auge, y yo no iba a ser menos. A todo el que pueda, se lo recomiendo, porque es una gozada trabajar con estas máquinas (hasta el teclado y ratón son diferentes y tienen otro tacto, mucho más agradable).








3 comentarios:

y que le importa a nadie cómo está mi alma dijo...

¡ole, ole y ole... ese es mi friki-cuñado!
No te voy a contar los sinsabores que llevamos en las últimas semanas con los de Dell (que son para matarlos lenta y dolorosamente) en el curre, así que a disfrutarlo!!

Muchos besotes para todos (incluídos los Mac).
la tía Jelen.

Anónimo dijo...

welcome to the wonderful mac world!! y yo que todavía estoy aprendiendo cómo funciona el trasto...
Petonets

Anónimo dijo...

Hola Juan, nhorabuena por la nueva máquina y por el nuevo miembro de la familia.

Soy Francisco, el cuñado de MC Rüdinger. ya nos conocemos aunque no sé si te acordarás de Ana y de mí...la última vez que nos vimos creo que fue en un estreno de las últimas de Star wars.

Lo dicho, un saludo y te adjunto mi correo. Ya te enviaré un enlace a mi página de flickr.

francisco.rojo.pavon@gmail.com